Ya lo preguntaba hace unos cuantos años José
Luis Perales desesperado por saber quien era él. Porque sin duda la respuesta a
esa pregunta puede decirnos mucho sobre la persona en cuestión, yo diría que
tanto o más que saber con quien andas.
La afición a un deporte u otro, a ir de
compras o hablar por teléfono, el tipo de cine y de televisión que nos gusta,
la música que escuchamos, los sellos, los puzzles, el ganchillo, la fotografía,
la cocina, el dibujo, la pintura… dan pistas sobre si somos creativos o con
tendencia al orden, activos o sedentarios o si nos gusta más estar rodeados de
gente o tener tiempo para nosotros solos.
Todos los que nos reunimos aquí a tomar un
café compartimos el gusto por escribir y leer y a pesar de lo impersonal que parece el
ordenador esta afición dice mucho de cada uno de nosotros. Sólo el diseño de
cada blog ya es una carta de presentación y lo que a él llevamos y lo que en él
contamos y cómo lo contamos va haciendo un dibujo de la persona que hay detrás.
Se crean afinidades, se aprecian puntos comunes y discrepancias, se perfilan
caracteres y se intuyen humores y talantes.
Si exceptuamos los blogs corporativos o
profesionales, los que nos dedicamos a esto generalmente es para compartir una
afición, ya sean los libros, la cocina, las manualidades, el cine, la música,
la poesía o para los que no somos capaces de decidirnos o de centrarnos en una
sola ofrecemos una mezcolanza de varias que van cayendo según sople el viento.
Mi intención siempre fue que aquí primara mi
afición lectora, pero también quería dejar espacio para expresarme en otros
terrenos y no sólo con palabras. Con el tiempo y el desarrollo de este espacio he
descubierto y con bastante sorpresa, el gusto por escribir, no ya sobre libros
y lecturas, sino sobre cualquier cosa que en un momento dado me produjera
cosquillas en la punta de los dedos impulsadas por las extrañas e impredecibles
conexiones neuronales de mi cerebro. Me he atrevido incluso a darles a mis desvaríos forma de poesía, cosa que hasta esos momentos concretos yo hubiera
jurado en arameo que era incapaz de hacer. Sigo jurando en lo que sea que eso
que intento poco tiene que ver con la poesía, pero como expresión de un
sentimiento o un impulso me ha hecho sentir bien hacerlo y me he quedado más
ancha que larga después de parirlos y echarlos a volar. En resumen, el blog ha acabado creando otra afición secundaria: escribir
Mi otra gran afición-pasión que es la
fotografía también tenía que estar presente necesariamente. Mi ojo fotográfico
y yo somos inseparables. Tal como mi alma lectora ha transformado la afición a
leer en una necesidad tan básica como leer y dormir, mi ojo fotográfico y yo nos
hemos fundido con el paso de los años de forma que no es posible distinguir
donde acaba uno y empieza otra. Tanta pasión no ha servido sin embargo para que
se diera el paso cualitativo que condujera a ninguna a ser mi sostén económico,
por lo que, en la perentoria necesidad de ganarme la vida, estas aficiones
primarias tienen que entrar en la disputa de mi tiempo libre con otras
aficiones secundarias.
Y, aunque parezca mentira después del todo lo
que llevo escrito, ahora es cuando llegamos al objetivo de la entrada (mi capacidad de ir al grano no tiene parangón).
A las otras aficiones. A las secundarias. Dicen
que "quien mucho abarca poco aprieta" y también que "aprendiz de todo, maestro
de nada". Ya lo explica el refranero multilingüe del Instituto Cervantes:
"No conseguirá nada quien no acaba de decidirse
por un oficio y le falta constancia y espíritu de sacrificio para prepararse
convenientemente. Recrimina a quien pretende abarcar demasiadas actividades
profesionales, lo que desemboca en ser incapaz de desempeñar una bien."
Menos mal que en mi caso no se trata de
encontrar acomodo profesional sino de meras aficiones, porque efectivamente,
tanto cambio y tanta dispersión conduce a no destacar en ninguna.
Afortunadamente ni lo pretendo ni me importa en absoluto. Su único fin es
entretenerme, divertirme, relajarme unas veces o aguijonear mi creatividad en
otras y su problema principal es que no hay tiempo libre bastante para tantas
aficiones distintas.
Todo este rollo es sólo para deciros que quería compartir con vosotros la afición que últimamente acapara buena parte del
tiempo libre que me dejan mis aficiones principales. No tengo pensado
que sea una sección fija-discontinua, sino más bien una actividad invitada de
cuando en cuando. O hasta que pierda el interés en ella.
Para presentarla en sociedad tenía que darle
un nombre y no creáis que ha sido fácil porque no acababa de encajar del todo en
los que parecían más evidentes. Al final he decidido que esto a lo que yo me estoy dedicando podemos llamarlo RECONVERSIÓN.
¿Quéeeeeee?
Tranquilos que por hoy ya habéis tenido
bastante, otro día os lo cuento. En cuanto a lo que dicha afición pueda decir de mí, no le deis ni media vuelta: que me patinan las neuronas.